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Después de muchas horas de costura puedo enseñaros la colcha recién acabada que he hecho para mi nuevo sobrino ¡ha quedado taaaan mona!
Es un proyecto de patchwork bastante sencillo pero que lleva mucho tiempo, perfecto para aprender y para pasar las horas delante de la tele sin tener que comerse mucho la cabeza con picos de estrella que no casan!.
Sin duda, la elección de las telas es de las primeras decisiones que tomar y de las más importantes para que la colcha quede chula, sobre este tema hay múltiples reglas, teorías de color, etc. En esta manta he usado telas lisas y con estampados sencillos de cuadritos y rayas mezcladas con otras telas infantiles más especiales, son las de la colección Rockets&Robots de David Walker y una que ya habéis visto por aquí, la Retro Space Kids de Michael Millers (yo compro las telas en la web equilter).
El esquema que he seguido es de lo más sencillo, me hice unos moldes de las medidas que podéis ver en la imagen y recorté las telas con las plantillas según iba enganchando unas con otras. Primero con alfileres, luego cosiéndolas a mano una a una.
Una vez lista la parte de los bloques pasamos al acolchado, que es donde se unen las tres partes que forman la colcha: delantera, trasera y relleno. Aunque no lo parezca, el acolchado puede llegar a ser la parte más laboriosa. Para el relleno compré una guata finita y para la trasera he usado un algodón liso muy suave en blanco, para que combine con la ropita de cama del bebé si se prefiere (así es reversible: un lado es más colorido para usar de cubrepiés para la cama del niño y por el otro lado más discreto para la cuna de la habitación del bebé) No sé si sabréis que es importantísimo usar un hilo grueso de algodón encerado si vas a acolchar a mano. Y para terminar, lo bordes. Aquí sí que lo he hecho “a mi manera”, con un bies celeste bastante grueso para unir las tres piezas y cerrar limpiamente los bordes, hilvanado y pasado por la máquina. Y un detalle, un bordadito para el recuerdo con el nombre y la fecha.
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